El gobierno mexicano celebró el reciente acuerdo con Estados Unidos que ha aplazado hasta el 2 de abril la imposición de aranceles del 25 % a productos mexicanos. Este retraso evita la respuesta que México había anticipado, que incluía medidas para contrarrestar los efectos de los aranceles.
El 4 de marzo, cuando se anunció la posible entrada en vigor de los aranceles, México ya se preparaba para una respuesta oficial, incluyendo un evento masivo en el Zócalo de la Ciudad de México. Sin embargo, con el aplazamiento, la urgencia de esas medidas ha quedado pospuesta.
A pesar de este respiro temporal, las autoridades han reiterado la importancia de fortalecer la autosuficiencia económica del país. La prioridad es aumentar la producción nacional para satisfacer la demanda interna y reducir la dependencia de productos importados, lo cual contribuirá tanto al crecimiento económico como al bienestar de la población.
Uno de los sectores estratégicos para lograr la autosuficiencia es el energético, que podría fortalecer la economía y disminuir la vulnerabilidad ante factores externos, como las tensiones comerciales con Estados Unidos.
La preocupación por los aranceles es entendible, dado que Estados Unidos es el principal socio comercial de México, con exportaciones mexicanas hacia ese país que alcanzaron los 490 mil millones de dólares en 2023. Esta cifra representa aproximadamente el 30 % del Producto Interno Bruto (PIB) de México, según datos del Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO).
Aunque los aranceles no se implementarán inmediatamente, el gobierno mexicano sigue trabajando en diversificar sus relaciones comerciales, buscando reducir la dependencia del mercado estadounidense y fortalecer otras alianzas económicas.