Desde que el presidente Donald Trump asumió el poder en Estados Unidos el pasado 20 de enero, el Gobierno de México ha recibido un total de 13,455 personas deportadas, de las cuales 10,485 son mexicanos y 2,970 son de otras nacionalidades.
Esta cifra fue confirmada este viernes por la presidenta Claudia Sheinbaum durante su conferencia matutina, quien destacó que la mayoría de los deportados son connacionales.
La mandataria recordó que, tan solo el 7 de febrero, el número total de deportados era de 10,964, de los cuales 2,539 no eran mexicanos. La diferencia en las cifras responde al flujo continuo de deportaciones que ha aumentado con la llegada de la nueva administración estadounidense, que ha reforzado las medidas migratorias.
En ese sentido, Sheinbaum destacó que el Gobierno mexicano, a pesar de las políticas de deportación de Estados Unidos, mantiene una postura humanitaria al recibir a migrantes no mexicanos. Estos migrantes tienen la opción de decidir si se quedan en México o regresan a sus países de origen. "Ellos de forma voluntaria tienen que decidir si se quedan en México y bajo qué condiciones o son repatriados a sus países", indicó la presidenta.
Además, mencionó que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha otorgado 391 números de seguridad social para los mexicanos deportados. También, gracias a un programa del Gobierno mexicano con la iniciativa privada, se han facilitado cerca de 500 contrataciones para connacionales que regresan de Estados Unidos.
A pesar de estos esfuerzos, las deportaciones masivas de migrantes siguen siendo una preocupación en el país. México enfrenta una situación difícil debido a que los mexicanos representan cerca de la mitad de los once millones de indocumentados que viven en Estados Unidos. Además, las remesas enviadas por los migrantes mexicanos son una fuente crucial de ingresos para la economía nacional, alcanzando un récord de casi 65,000 millones de dólares en 2024, lo que equivale a casi el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
En cuanto a la relación con Estados Unidos, Sheinbaum también mencionó que el Gobierno mexicano está al tanto de los acuerdos alcanzados entre el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y varios países de Centroamérica, los cuales incluyen vuelos directos para repatriar a migrantes a países como Guatemala y El Salvador.
Aunque México no participa en estos acuerdos, el país ha asumido su responsabilidad en el tratamiento de los migrantes que llegan desde Estados Unidos.
Con el creciente número de deportaciones y las tensiones entre ambos países, el futuro de los migrantes y las políticas migratorias sigue siendo un tema de gran relevancia para México, que continúa equilibrando la recepción de migrantes y sus compromisos internacionales.