El gobierno de México continúa sus esfuerzos para evitar la imposición de aranceles del 25 % a productos mexicanos, medida que podría entrar en vigor el próximo martes.
Como parte de esta estrategia, funcionarios del gabinete de seguridad viajarán a Washington este jueves para sostener reuniones de alto nivel con representantes del gobierno de Estados Unidos.
El objetivo principal de estos encuentros es presentar los avances de la estrategia de seguridad implementada por México, que incluyó el despliegue de 10,000 elementos de la Guardia Nacional en la frontera con Estados Unidos. Esta acción fue clave para lograr la pausa temporal de los aranceles anunciada el pasado 3 de febrero.
Además de la reunión del gabinete de seguridad, se contempla la posibilidad de una llamada entre los mandatarios de ambos países en los próximos días. El gobierno mexicano busca concretar un acuerdo definitivo que impida la entrada en vigor de los aranceles y evite afectaciones al comercio bilateral.
Otro punto relevante en las negociaciones es la revisión anticipada del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Aunque esta evaluación estaba prevista para 2026, las recientes decisiones del presidente Donald Trump podrían acelerar el proceso. México considera que cualquier modificación al acuerdo debe realizarse bajo términos que beneficien a las tres naciones.
En caso de que las negociaciones no logren frenar los aranceles, México ya tiene planes alternativos para mitigar el impacto económico. Aunque no se han dado detalles específicos, se espera que las autoridades económicas del país busquen nuevas estrategias para proteger las exportaciones mexicanas.
Las reuniones de esta semana serán clave para definir el rumbo de la relación comercial entre México y Estados Unidos. Ambas naciones han manifestado su interés en llegar a acuerdos que permitan mantener el flujo comercial sin restricciones, pero el panorama sigue siendo incierto.
En los próximos días, se espera mayor claridad sobre el futuro de las negociaciones. La posibilidad de una reunión presencial entre ambos mandatarios después del 4 de marzo sigue abierta, pero dependerá del resultado de los diálogos en Washington y de la postura del gobierno estadounidense ante las medidas implementadas por México.