La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró este jueves que el Gobierno mexicano ya tiene preparado "un plan muy elaborado" para recibir a los mexicanos deportados desde Estados Unidos, aunque pidió esperar a las decisiones que tome el futuro presidente estadounidense, Donald Trump, quien asumirá nuevamente la Casa Blanca el próximo lunes.
En su conferencia diaria, Sheinbaum indicó que, aunque el plan ya está listo, el Gobierno mexicano prefiere esperar a conocer las acciones definitivas de Trump antes de hacer anuncios oficiales. "Hemos estado en coordinación con los gobernadores, las gobernadoras y todas las secretarías del Gobierno para poder darles todo el apoyo que requieran", afirmó la presidenta.
La preocupación en México ha crecido en los últimos días, especialmente por las amenazas previas de Trump sobre las políticas migratorias. Esta inquietud se reflejó esta semana en Tijuana, la mayor ciudad fronteriza con Estados Unidos, donde se emitió una declaratoria de emergencia debido a la incertidumbre sobre las posibles medidas que tomará el mandatario estadounidense.
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México se enfrenta a una situación delicada, ya que los mexicanos constituyen cerca de la mitad de los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos. Las remesas enviadas por estos mexicanos representan casi el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) de México, lo que subraya la importancia económica de esta comunidad. En 2024, México habría recibido alrededor de 65,000 millones de dólares en remesas, según estimaciones.
A pesar de la preocupación, Sheinbaum reiteró que el Gobierno está preparado para recibir a los deportados, aunque no brindó detalles específicos sobre cómo se implementará el plan. "En su momento lo vamos a informar, cómo va a ser, pero que sepan que los vamos a recibir y que van a tener el apoyo del Gobierno de México", subrayó la presidenta.
Además, Sheinbaum destacó que la seguridad en la frontera será una prioridad y aseguró que los mexicanos que regresen de forma voluntaria serán recibidos con garantías. "A todas las personas que quieran regresar de manera voluntaria, los vamos a recibir como lo que son: mexicanos y mexicanas trabajadores, con un Gobierno solidario que les va a brindar la mano y el apoyo", aseguró.
Por otro lado, el Gobierno mexicano también ha iniciado conversaciones con otros países latinoamericanos para que asuman a sus propios ciudadanos deportados, evitando que todos los expulsados desde Estados Unidos sean enviados a México. Este enfoque busca aliviar la carga sobre el país y garantizar un proceso de repatriación más ordenado.