Putin condiciona la paz marítima al desbloqueo de exportaciones
El gobierno de Rusia anunció este martes que solo detendrá sus acciones militares en el mar Negro si Occidente levanta las sanciones impuestas a su sector agrícola.
Entre las exigencias del Kremlin está la reconexión del banco agrícola ruso, Rosseljozbank, al sistema SWIFT, así como la eliminación de restricciones a maquinaria y barcos mercantes que exportan alimentos y fertilizantes.
La Iniciativa del Mar Negro, un acuerdo firmado en junio de 2022 entre Rusia y Ucrania con mediación de la ONU y Turquía, permitió durante un año la exportación de millones de toneladas de cereales desde puertos ucranianos. Sin embargo, Moscú abandonó el pacto en julio de 2023, argumentando que sus condiciones no fueron cumplidas.
El acuerdo, considerado un avance en medio de la guerra que inició en febrero de 2022, se renovó varias veces, pero Rusia suspendió brevemente su participación en octubre de 2022 tras un ataque ucraniano al puente de Crimea. Aunque reanudó su compromiso en noviembre de ese año, finalmente decidió no renovar en 2023.
El Kremlin insiste en que el pacto debe incluir la eliminación de obstáculos a sus exportaciones de fertilizantes, la descongelación de activos y la reactivación del amonioducto Togliatti-Odesa. "Tan pronto como nuestra parte del acuerdo se cumpla, Rusia volverá inmediatamente al pacto", aseguró el gobierno ruso.
La ONU destacó que la iniciativa permitió la exportación de más de 32 millones de toneladas de productos alimentarios a 45 países en tres continentes, ayudando a reducir el alza en los precios mundiales de los alimentos. También permitió que el Programa Mundial de Alimentos transportara 725 mil toneladas de trigo a países en crisis como Afganistán, Etiopía y Yemen.
Por su parte, Ucrania sostiene que la reapertura del corredor marítimo le permitió recuperar niveles de exportación previos a la guerra, calificando el acuerdo como "una de las mayores victorias" frente a los intentos rusos de bloquear sus puertos.
Actualmente, las negociaciones en Riad con representantes de Estados Unidos buscan revivir el pacto, pero las exigencias rusas complican su reactivación. Mientras tanto, la presión internacional crece para encontrar una solución que garantice la seguridad alimentaria global.