Respiramos una tarjeta de crédito semanalmente por los microplásticos
En los últimos años, la presencia de microplásticos en el medio ambiente ha generado una creciente preocupación global, y México no es la excepción.
Los microplásticos, diminutos fragmentos de plástico de menos de 5 milímetros de diámetro, se encuentran en el aire, océanos y alimentos, planteando serios riesgos para la salud humana.
Un estudio reciente realizado por el doctor Priyadarsi Debajyoti Roy, investigador del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que respiramos estos microplásticos a través del polvo que generamos en el suelo y en las calles, que de alguna forma se levanta y se queda en la atmósfera.
Nos exponemos a ellos porque caen, se suspenden en el aire o llegan con la lluvia. El estudio menciona que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado que la exposición a estas partículas genera enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cáncer pulmonar. Además, impacta principalmente a personas que viven en países de ingresos bajos y medianos, quienes soportan desproporcionadamente la carga de la contaminación del aire exterior.
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza, conocido popularmente por las siglas WWF, en promedio una persona ingiere semanalmente unos 5 gramos de plástico presentes en el agua, el aire y en los alimentos. Para ejemplificar, esa cantidad equivale a los microplásticos que contiene una tarjeta de crédito.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) cuenta con evidencia de su presencia en los productos pesqueros y acuícolas que consumimos. Se ha encontrado que más de 220 especies diferentes ingieren desechos microplásticos en condiciones naturales: mejillones, ostras, almejas, camarón pardo, cigala, anchoas, sardinas, bacaladillas, bacalao atlántico, carpa común, entre otros. Este dato es alarmante, considerando que el pescado y el marisco son una parte esencial de la dieta mexicana, especialmente en las regiones costeras.
El doctor Roy de la UNAM asegura que, debido a que los ingerimos y respiramos, ya se han encontrado microplásticos en sangre, heces fecales y en distintos órganos como los pulmones y el cerebro. "Todavía no está muy claro a ciencia cierta qué tanto daño causan, pero sabemos que los microplásticos contienen metales tóxicos. Estos metales tóxicos tienen efectos sobre la salud, desde irritación en la piel, el sistema nervioso, sistema digestivo, sistema inmune, hasta disfunción renal. El plomo, el arsénico y el cadmio pueden causar cáncer, entonces indirectamente estamos expuestos a estos riesgos", advierte el doctor Roy.
El impacto de los microplásticos en la salud humana es una preocupación emergente en México, con potenciales riesgos. La colaboración entre el gobierno, las instituciones académicas y la sociedad es esencial para enfrentar este desafío. Se debe aumentar la conciencia pública y promover prácticas sostenibles que reduzcan la contaminación por microplásticos, protegiendo así la salud de los mexicanos y el medio ambiente.
