La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recomienda a los consumidores examinar detalladamente las etiquetas de los productos para garantizar que los colorantes presentes sean de origen natural, ya que los colorantes artificiales, ampliamente empleados en la industria alimentaria para realzar o modificar el color de los alimentos, pueden tener efectos adversos en la salud.
Diversos estudios asocian estos aditivos con reacciones alérgicas, alteraciones neurológicas y posibles riesgos cancerígenos. Por ejemplo, el colorante FD&C Amarillo n.º 5 puede provocar urticaria y prurito en algunas personas. Además, investigaciones han sugerido vínculos entre ciertos colorantes y el aumento de hiperactividad en niños.
A nivel regulatorio, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) en México supervisa su uso, mientras que internacionalmente, el Comité Mixto FAO/OMS establece las dosis máximas seguras de consumo diario mediante la Ingesta Diaria Admisible (IDA)
Algunos de los colorantes más dañinos que existen en el mercado son:
- Tartracina (E102).- Este colorante amarillo es ampliamente utilizado en productos como helados, chicles y bebidas. Se ha asociado con reacciones alérgicas, trastornos de atención (TDAH) y genotoxicidad en dosis elevadas. Está prohibido en varios países, incluyendo Noruega y Gran Bretaña.
- Azul Brillante (E133).- Común en gomitas y otros dulces, este colorante puede causar daño neuronal y reacciones alérgicas. En estudios con animales, se ha relacionado con la formación de tumores renales.
- Rojo Allura (E129).- Utilizado en mermeladas y bebidas, este colorante ha mostrado potencial para causar reacciones alérgicas, que van desde urticaria hasta problemas respiratorios. Su uso está restringido en algunos países
- Indigotina (E132).- Este colorante se encuentra en productos como caramelos y helados azules. Aunque está permitido en muchos lugares, su uso ha sido cuestionado debido a posibles efectos adversos sobre la salud
- Negro Brillante BN (E151).- Usado en regaliz y salsas, este colorante también ha suscitado preocupaciones por su seguridad a largo plazo.
Por otro lado, los colorantes naturales, como la curcumina (E-100) y la clorofila (E-140, E-141), son alternativas más seguras y se obtienen de fuentes como cúrcuma y espinacas. La Profeco recomienda preferir alimentos con estos ingredientes para reducir los riesgos asociados a los aditivos artificiales.
Elaborar colorantes naturales en casa es una opción sencilla y saludable. Para colores rojizos o rosados, se pueden utilizar remolacha o granada; el naranja se obtiene de zanahorias o cúrcuma; el verde, de espinacas o perejil; y los tonos azules o morados, de arándanos o col morada.
La preparación consiste en licuar los ingredientes con un poco de agua, colar la mezcla y usar el líquido resultante en alimentos o bebidas
Además del impacto en la salud, los colorantes artificiales representan un problema ambiental debido a los procesos químicos empleados en su producción. Por ello, la promoción de alternativas naturales no solo beneficia a los consumidores, sino también al medio ambiente.
Profeco enfatiza la importancia de tomar decisiones informadas al adquirir productos, fomentando una alimentación más sana y consciente, especialmente al considerar los efectos a largo plazo de los aditivos químicos.