La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró este miércoles que no existen diferencias comerciales ni politización en las relaciones entre México y China, destacando las "buenas relaciones" entre ambos países.
Esta declaración se dio tras los comentarios de Mao Ning, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, quien instó a no politizar los temas económicos, en referencia a las tensiones derivadas de la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum expresó que las relaciones con China son positivas, especialmente en términos comerciales. Señaló que el objetivo de su gobierno es recuperar la producción nacional que se ha visto afectada por la importación masiva de productos de otros países, en particular de China. "Hay comercio con China. El objetivo nuestro es que mucho de lo que se perdió en muchos años de producción nacional por la importación lo recuperemos", indicó la mandataria.
La mandataria también abordó las declaraciones de Mao Ning, quien el martes aseguró que "no beneficia" a ningún país "politizar" las cuestiones económicas, en medio de las críticas que México ha recibido por ser percibido como una puerta de entrada de productos chinos hacia América del Norte. Sheinbaum reiteró que México favorece a los países con los que tiene acuerdos de libre comercio, destacando que el T-MEC ha sido muy beneficioso para el país, aunque también abrió la puerta para la importación de productos de otras naciones.
Además, la presidenta presentó el Plan México, una iniciativa para impulsar el desarrollo económico y mejorar el bienestar de los mexicanos, que busca fortalecer la producción nacional en conjunto con los empresarios del país. "Por eso se llama plan México, porque es un plan para el fortalecimiento del desarrollo económico y el bienestar de las mexicanas y los mexicanos", dijo.
La situación se complica a raíz de las declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien el lunes anunció que impondrá aranceles del 25% a todos los productos provenientes de México, Canadá y China a partir del 20 de enero. Esto ha generado preocupación tanto en México como en Canadá, que ven con inquietud la creciente influencia de productos chinos en Norteamérica.
Trump y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, han manifestado su preocupación sobre las importaciones chinas a través de México, especialmente en sectores clave como la industria automotriz. En este contexto, Sheinbaum respondió acusando a Estados Unidos y Canadá de "importar mucho" de China, mientras que México tiene un plan para sustituir esas importaciones asiáticas en la región de América del Norte.
La presión por revisar el T-MEC ha aumentado desde la victoria de Trump, quien prometió imponer aranceles significativos, incluso hasta un 100% en los autos fabricados en México, argumentando que muchas de esas marcas son en realidad de origen chino.
Esta situación ha generado tensiones adicionales entre los países miembros del tratado, especialmente con el creciente temor de que México podría ser expulsado del acuerdo si no se abordan las preocupaciones sobre la entrada de productos chinos a través de su territorio.