Este viernes, Nicolás Maduro fue juramentado como presidente de Venezuela para el período 2025-2031 en una ceremonia organizada por el Parlamento venezolano, controlado por el chavismo.
Sin embargo, la toma de posesión ha sido rechazada por varios países, incluida Estados Unidos, la Unión Europea y naciones latinoamericanas como Perú y Paraguay, quienes califican el acto como ilegítimo y fraudulento.
El secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, declaró que Maduro "intentó desesperadamente tomar el poder" y reiteró el respaldo de su gobierno al opositor Edmundo González Urrutia, a quien considera el verdadero ganador de las elecciones presidenciales de julio. Asimismo, la Unión Europea expresó que Maduro carece de la legitimidad de un líder democráticamente electo y criticó al régimen por no respetar la voluntad del pueblo venezolano.
El Reino Unido se sumó al rechazo internacional al imponer sanciones a 15 figuras asociadas al gobierno de Maduro, incluida la presidenta del Tribunal Supremo, Caryslia Rodríguez. Desde América Latina, la presidenta peruana Dina Boluarte y el gobierno paraguayo también manifestaron su respaldo a González Urrutia, a quien consideran el presidente legítimo de Venezuela.
Por su parte, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, reiteró desde Guatemala su apoyo al opositor y subrayó que "si la democracia se respetara, Edmundo sería juramentado como presidente de Venezuela". Sin embargo, países aliados de Maduro, como Cuba, Nicaragua y Bolivia, felicitaron al líder chavista. El presidente boliviano, Luis Arce, destacó en redes sociales sus buenos deseos para el nuevo mandato de Maduro.
En paralelo, las protestas de opositores venezolanos resonaron en diversas ciudades del mundo. En Madrid, cerca de un centenar de venezolanos denunciaron lo que consideran un "golpe de Estado" por parte de Maduro y prometieron hacer respetar la soberanía popular. Movilizaciones similares tuvieron lugar en Londres, Buenos Aires y Bogotá, donde los manifestantes celebraron simbólicamente el inicio del mandato de González Urrutia como el "presidente legítimo".
La oposición venezolana continúa denunciando la situación como una crisis sin precedentes. Según líderes como José Antonio Vega, en España, "el cambio en Venezuela está decretado" y el objetivo es "poner fin a este régimen".
Mientras tanto, Maduro enfrenta un panorama de creciente aislamiento internacional, con sanciones y rechazo que complican aún más la relación de Venezuela con múltiples países. No obstante, el líder chavista cuenta aún con el apoyo de sus aliados históricos, lo que mantiene dividido el escenario político regional.