La expresidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, fue trasladada la madrugada de este sábado a otro centro carcelario y no a una clínica como lo había autorizado previamente un juez.
Áñez fue sacada de manera sorpresiva en una ambulancia bajo fuertes medidas de seguridad desde el Centro de Orientación Femenina de Obrajes, donde permanece detenida desde el lunes pasado, a la cárcel de Miraflores.
"Me sacaron diciéndome que iba a la clínica del Sur", dijo Áñez a medios a su llegada a su nuevo destino, la cárcel de Miraflores.
Un juez decidió el viernes que la expresidenta transitoria fuera llevada a una clínica para ser valorada y atendida por problemas de hipertensión, luego de que Áñez señalara en la audiencia virtual con una voz débil que estaba en el penal de Obrajes con oxígeno, con la presión alta.
Hasta altas horas de la noche su hija Carolina Ribera y su abogada Norka Cuéllar habían esperado en la cárcel de Obrajes para que se hiciera efectiva la orden del juez, pero ellas mismas señalaron que de parte de las autoridades de ese penal no había respuesta.
Además, la Procuraduría determinó que el "personal del IDIF (Instituto de Investigaciones Forenses)" debía previamente "verificar el estado de salud" de Áñez antes de proceder al traslado.
En la noche del viernes Áñez colgó en su cuenta de Twitter este mensaje: "la justicia ordenó que la ex presidenta fuera trasladada a una clínica por su delicado estado de salud. Pero el gobierno se ha negado a cumplir esa orden judicial. Una vez más estamos ante un abuso del gobierno, contra los derechos humanos más elementales".
Áñez fue enviada a la cárcel luego de que fue aprehendida el sábado pasado en la madrugada, en el departamento amazónico del Beni, y tras un audiencia de imputación de cargos se ordenó su arresto por cuatro meses de manera preventiva mientras se realiza la investigación en el caso denominado "golpe de Estado", por la crisis social y política de 2019 que derivó en la renuncia a la Presidencia de Evo Morales.