A poco más de un mes de su regreso a la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado su presión sobre México, exigiendo acciones más contundentes contra el tráfico de drogas, especialmente el fentanilo
Trump ha planteado la posibilidad de investigar a políticos mexicanos por posibles vínculos con el narcotráfico y el tráfico de personas. En una entrevista reciente con la revista británica "The Spectator", Trump destacó que las autoridades mexicanas deben hacer más para combatir a los cárteles, y sugirió que podría recomendar a la Fiscal General, Pam Bondi, que abra una investigación sobre estos presuntos nexos.
Las declaraciones de Trump llegan en un momento en que las relaciones entre Estados Unidos y México están bajo tensión. Recientemente, México extraditó a 29 líderes del crimen organizado a Estados Unidos, una acción que ha sido vista como un esfuerzo por mejorar las relaciones bilaterales. Sin embargo, Trump aseguró que, a pesar de este gesto, no se ha hecho lo suficiente para abordar el problema del narcotráfico en México.
La posibilidad de una intervención militar estadounidense en México sigue siendo un tema delicado, y Trump evitó dar una respuesta directa, sugiriendo que revelar su postura podría tener consecuencias políticas o estratégicas
En paralelo, las políticas migratorias de Trump han tenido un impacto notable en la región. Desde su regreso al poder, ha endurecido su discurso sobre la inmigración, prometiendo deportaciones masivas y el cierre de programas para migrantes. Estas medidas han generado temor e incertidumbre entre los migrantes en la frontera sur de México, donde se ha observado una disminución en el flujo migratorio debido a las restricciones impuestas por Trump y al despliegue de la Guardia Nacional mexicana.
Las deportaciones masivas desde Estados Unidos han aumentado, y operativos más agresivos contra los migrantes han sido implementados. Además, Trump ha anunciado la eliminación de programas como el de Acción Diferida para los llegados en la infancia (DACA) y la renovación del estatus de protección temporal (TPS). Estas acciones han sido vistas como parte de un enfoque más restrictivo y punitivo hacia la migración, lo que ha llevado a organizaciones de derechos humanos a expresar preocupación por las posibles violaciones de derechos humanos
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La relación entre Trump y la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, se ha tensado rápidamente, con México rechazando la clasificación de los cárteles como grupos terroristas, una medida que podría abrir la puerta a acciones militares directas