En un esfuerzo por reforzar las medidas de control migratorio, el gobierno de Estados Unidos ha informado que comenzará a deportar a ciudadanos mexicanos mediante vuelos hacia la frontera sur de México, específicamente en la zona limítrofe con Guatemala
De acuerdo a un comunicado emitido por la Secretaria Nacional de Estados Unidos, Kristin Noem, advirtió: "Si estás considerando entrar a Estados Unidos de manera ilegal, ni siquiera lo pienses". La funcionaria subrayó que aquellos que infringen la ley serán perseguidos, y destacó que, debido a la administración anterior, las fronteras quedaron vulnerables, lo que permitió el ingreso de drogas al país.
Con la implementación de esta nueva medida, se busca optimizar los recursos de las autoridades migratorias y de seguridad, permitiéndoles enfocarse en la prevención del contrabando y la entrada de personas con antecedentes criminales. Además, al reubicar a los deportados en zonas alejadas de la frontera norte, se reduce la posibilidad de que intenten cruzar nuevamente de manera ilegal, a la vez que se refuerza la seguridad en las comunidades estadounidenses.
La administración del presidente Donald Trump ha reiterado su compromiso de utilizar todos los recursos disponibles para garantizar que quienes ingresen al país sin autorización sean detenidos, procesados y, en su caso, deportados
Entrar de manera ilegal a Estados Unidos conlleva grandes riesgos. De acuerdo con datos recopilados por organizaciones internacionales y medios de comunicación, se estima que cada año cientos de personas pierden la vida al intentar cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. Según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en 2022 se registraron más de 700 muertes de migrantes en esta zona, muchas de ellas relacionadas con condiciones extremas como el calor del desierto o ahogamientos en el río Bravo.
Diversos medios indican que, en promedio, alrededor de 1,500 personas son detenidas cada día al intentar ingresar a Estados Unidos sin documentación. Estas cifras reflejan la magnitud del desafío que enfrentan ambos países en materia migratoria y la urgencia de implementar políticas que aborden tanto la seguridad como los derechos humanos de los migrantes.
Esta estrategia se suma a otras acciones implementadas por Estados Unidos en los últimos años, como la ampliación de muros fronterizos y la colaboración con gobiernos de Centroamérica