Existen herramientas como manuales y leyes para crear las calles de las urbes incluyentes para las personas con discapacidad, ¿Pero, realmente las autoridades han trabajado y sobre todo las han utilizado para facilitar los accesos a este grupo de personas?
En Colima son 131,520 personas con alguna discapacidad o con limitación, así lo arrojan los datos del 2020 correspondientes al INEGI.
En primera, la Ley para la Inclusión e Integración de las Personas con Discapacidad del Estado de Colima señala algunos elementos de construcción que pueden ser considerados como un impedimento para personas con discapacidad en su libre acceso o desplazamiento en espacios interiores y exteriores pueden ser las banquetas, coladeras, escaleras, teléfonos públicos, tensores para postes, buzones postales, contenedores de basura, semáforos y señalización de servicios.
En su artículo 52, se señala que en las intersecciones o cruces de aceras o de calles, que se encuentren construidas a distintos niveles, la superficie de ambas deberán llevarse al mismo nivel mediante el uso de rampas, con la finalidad de hacer factible el tránsito a personas con sillas de ruedas, con aparatos ortopédicos o con locomoción disminuida por algún padecimiento somático.
Por otro lado, con lo definido en los criterios universales, el Manual de Imagen Urbana de la Ciudad de Colima tiene como objetivo garantizar la accesibilidad universal a todo tipo de usuario, incluidos aquellos con discapacidad visual, motriz o auditiva.
El espacio urbano debe mantener la uniformidad, claridad y legibilidad del espacio y se deben incluir elementos que permitan la accesibilidad según el tipo de discapacidad.
Y sumarle el sistema de símbolos y signos diseñados para orientar con toda seguridad a las personas con discapacidad en el desplazamiento y uso de los espacios interiores y exteriores.