En 2005, Alma Margarita Rodríguez Osorio junto con Mónica Eliana Hurtado iniciaron el negocio de venta de raspados, tejuinos y diablitos en el municipio de Villa de Álvarez, con la intención de mejorar la economía familiar y a su vez ofrecer un producto de calidad y para mitigar el calor típico de Colima.
"yo desde niña estuve vendiendo raspados en mi pueblo, me gustó siempre el comercio y con la idea de ella y con el sazón de mi mamá, que la verdad están bien ricos a la gente empezó a gustarle".
Menciona que, a diferencia de muchos negocios que les fue mal con la pandemia, para ellas las ventas siguieron normales.
"Nos fue muy bien también porque, es un negocito que la gente no tenía mucho dinero pero sí tenía para un raspado, un tejuino".
Para los raspados utilizan por lo menos 12 sabores distintos como; coco, leche, tamarindo, jamaica, mango, piña, cajeta, cacahuate, entre otros, todos elaborados con fruta natural.
Rodríguez Osorio menciona que disfruta mucho de esta labor, sin embargo, lo que más le gusta es el trato con la gente, pues gracias a ellos el día se le pasa muy rápido.
"A veces llega la gente como decimos de malas o cansados y cómo están qué le damos y la gente se va con otro rostro / hay clientes de años o que vienen sus familiares de Estados Unidos de visita y los traen aquí y es bien bonito, entonces bienvenidos y aquí los esperamos con mucho gusto".