Regina Murillo Chávez está por cumplor 20 años administrando un restaurante en la comunidad El Mixcoate, en donde la especialidad de la casa, es consentir el paladar de los comensales con un pescado frito, recién salido de la granja.
"Les ofrecemos el pescado del charco a la cazuela y de la cazuela a la mesa, vendemos crudo para llevar pero no en cantidades grandes, son clientes que ya tenemos para consumo de familia/a mi me gusta que venga la gente de lejos que dicen que no sabe a tierra, que se van contentos y uno quiere tener clientes y trabajar".
"A veces se les ocurre que quieren un caldillo se los hacemos, un pescado asado se los hacemos porque no pueden comer grasa por algo que traen de una enfermedad dicen quiero el pescado asado se los hacemos/está el empapelado que es en aluminio con verdura y está cocido".
Fue en el 2001 cuando el gobierno municipal ofreció apoyos a los ejidatarios para reactivar estos espacios que se encontraban en total abandono. Es así como la mujer echó a andar su negocio.
"Cuando fue presidente por primera vez Felipe Cruz nos apoyó con la maquinaría y lo que ocupamos y después sacamos un préstamo para comprar el pescado, el alimento, a nosotros nos tocó hacer la bodega, dos ramadas nos han costado del trabajo que hemos hecho y ahorita pagamos renta al ejido/empezamos a vender en mesitas rústicas a dos tres clientes, nos íbamos a vender pescado a los ranchos, a los tianguis y así empezamos de a poquito nos fuimos aclientando, ya ahorita tenemos más clientes de fuera".
Lo más gratificante para Regina es el reconocimiento y preferencia de sus clientes, por ello, cada día se despierta muy contenta para acudir a sus labores.