Armida describe su oficio como su vida

Armida Márquez Salvador, tiene más de 15 años dedicándose a la venta de tortillas hechas a mano, raspadas, totopos, sopes, sopitos y tostadas, en el mercado Constitución de la capital colimense. Un oficio que aprendió casi por azares del destino.

"Yo trabajaba en la parte de arriba con Doña Tere y me dijeron que porque no metía solicitud para venirme a trabajar acá, lo hice y lo tomé como tiempo perdido y e dijeron que cuando me iba a poner pero no tenía dinero fue gracias a unas amigas que me empezaron a apoyar/con el paso del tiempo me he ido enseñando a hacer las raspadas".

La mujer, describe este oficio como su vida, pues recuerda que desde muy pequeña torteaba en su casa. Incluso, fue su trabajo la que la ayudó a salir adelante tras el fallecimiento de su hija.

"Desde que tenía 13 años empecé a trabajar torteando pero fue un pasatiempo pero ya me puse a tortear bien con Doña Tere y de ahí me dijo orale es tu hora y tu tiempo/me relaja mucho porque estoy en la casa y me vengo acá y veo que están trabajando si no viene una me pongo a trabajar y así, me encanta este trabajo".

"hasta que me digan ya no puede porque tiene una enfermedad aquí voy a estar en la casa me muero de hecho falleció mi hija la enterramos y al día siguiente empecé, quiero masa y me decía pero, yo quiero masa y para mí fue mejor terapia el trabajo que estar encerrada en mi casa".

Armida dijo sentirse muy orgullosa de seguir en el gusto del cliente, pues a diario recibe halagos por el producto que ofrece.

"Que que buenas tortillas hago, que buenas salen las tostadas y no se echan a perder pero pues no porque no me dejan nada todo se me vende bendito Dios en vender masa y tortilla son de 140 a 150 kilos/no sé si sea broma pero me dicen que hasta Florida, Alaska pero se han llevado varias de masa".