El aumento de la tarifa para el transporte público debe analizarse desde las diferentes esferas tanto del golpe económico para familias pero también conocer las mejoras en este servicio, así lo señala Gisela Méndez.
"Pues mira yo creo que para poder subir la tarifa sin duda tiene que haber un análisis muy responsable de cómo está el cumplimiento de los servicios de cara a las personas que los usan. Desde la pandemia hubo una reducción importante de los servicios, esos servicios no necesariamente se han recuperado ya post pandemia, hay rutas que se eliminaron, otras que han cambiado y creo que se necesita hacer una revisión clara de si el sistema de transporte público en Colima está atendiendo las necesidades de las personas que se mueven en transporte público en todas las ciudades en el estado antes de subir la tarifa".
El segundo punto es cuánto cuesta mover a estas personas, cuánto están gastando en combustible los concesionarios, cuál es el plan de mantenimiento que tienen, en qué condiciones están las unidades porque entre más viejas sean las unidades o los vehículos pues menos rendimiento de combustible tienen y si no hay un plan claro de modernización de las unidades por unidades más eficientes pues evidentemente van a estar gastando todavía más combustible ineficientemente. Entonces creo que debe de haber un plan claro de dónde se puedan hacer esos ajustes financieros para que el precio que pagan las personas pueda ser justo para la operación y el nivel de calidad del servicio que están ofreciendo los concesionarios.
"Pero también el impacto económico que esa tarifa tiene en las familias que necesitan el transporte público, el transporte público es el segundo o tercer gasto más importante que tienen las familias en Colima a nivel de hogar y aumentar lo que para unos puede ser muy poco un peso, dos pesos para una familia en donde varios se mueven, que todos sus viajes dependen del transporte público pues puede ser un aumento considerable".