Ha transcurrido casi un mes de que el menor Ricardo "N" fue baleado por un policía estatal quedando paralítico y la autoridad se ha visto indiferente ante lo ocurrido, denunció el padre del joven de 14 años de edad, Héctor González Canales.
Los hechos ocurrieron el pasado 16 de diciembre cuando el menor junto con cuatro compañeros de entre 14 y 15 años de edad se encontraban tronando cohetes en un terreno cercano a una plaza comercial al norte del municipio de Colima. De acuerdo con el padre del muchacho, los jóvenes abordaron un Jeep color blanco sin capota, en el camino se les emparejó un tsuru con hombres armados que les ordenaron se detuvieran. Al tratar de huir, los menores fueron interceptados por dos patrullas de la policía estatal, en donde elementos comenzaron a disparar sin motivo aparente.
"Mi hermano estaba de espaldas y recibió dos impactos de bala, uno en la vértebra destrozandole la quinta vértebra y otro fue en el brazo izquierdo/el niño está consciente y le tiene mucho coraje a los policías porque dice que cuando lo bajaron él intentó caminar pero caminaba medio chueco y pensaron los policías que estaba jugando y todavía lo golpearon hasta que vieron que estaba sangrando demasiado".
El padre de familia manifestó que su hijo fue dado de alta del Hospital Regional el pasado jueves, y denunció que desde entonces el joven no recibe apoyo para atención médica ni terapias, por lo que estimó que las autoridades estatales los han dejado solos.
Del avance de la investigación del atentado contra su hijo, dijo que no tienen información y lo único que saben es que el agente que disparó contra su hijo aún se encuentra detenido.
El hombre advirtió que lo ocurrido representa un claro ejemplo de la falta de capacitación por parte de los elementos de seguridad, de que no son aptos para portar armas, e incluso, dijo que deberían realizar una depuración del personal. Del tema el gobernador del estado, Ignacio Peralta Sánchez, se ha limitado a decir que el caso le corresponde a la fiscalía general del estado.