Después de la pandemia por la Covid-19, ahora la ola de violencia que se registra desde febrero pasado está causando estragos en el sector restaurantero de la zona conurbada de Colima y Villa de Álvarez, pues sus ventas han disminuido hasta en un 60% por la baja afluencia de clientes.
"La ventas sí han caído considerablemente, entre un 50 y un 60% y pues de una manera es muy, muy preocupante, la verdad", señaló José Rentería, lider de la Canirac Colima.
"Simplemente estábamos haciendo hoy cuentas de que por lo regular estábamos teniendo entre 75 y 80 o 90 personas por día, estábamos atendiendo, y ahorita estamos atendiendo cerca de, en la noche de 19 a 20 personas", indicó el empresario Omar Rodríguez.
Ante la escases de comensales, señalan que se han visto obligados a recortar sus horarios de trabajo, pero también para colaborar con sus empleados y evitar que sean víctimas de un hecho delictivo. Así también buscan que su personal cuente con medidas preventivas en caso de una balacera.
"Por ejemplo ahorita se toma mucho las extorsiones telefónicas, es uno de ellos, y pues saber cómo actuar sobre algún hecho delictivo que se haga quizás dentro del establecimiento o muy cerca de él", mencionó José Rentería.
"Adecuamos más cámaras de vigilancia y pues estamos pidiendo un poquito más de gente, la semana pasada hubo guardia nacional, aquí alrededor hoy ya no los veo, pero sí hubo Guardia Nacional", afirmó Omar Rodríguez.
Ante estas problemáticas, no descartan buscar reunirse con las autoridades del gobierno estatal para demandar mayor vigilancia y que restaurantes y bares puedan desempeñar bien su trabajo, pero sobre todo para que se garantice la seguridad de la clientela.