Bordado a mano en punto de cruz y terminado con figuras de rosas, grecas y estrellas, es elaborado en la feria de todos los santos el tradicional traje típico colimense que utilizan las mujeres en el docenario de la virgen de Guadalupe.
"Va bordado tanto la falta como el manto con sus respectivas guías, se hacen las guías y esto es la blusa, todos los juegos que yo hago les pongo la virgen de Guadalupe completa esta es la grande".
El ajuar de indita como se le conoce y tiene su origen en la llegada del catolicismo, lo integran falda, blusa y un manto que va en la cabeza o cubre los hombros, está elaborado en tela de cuadrille y los terminados son bordados, y su confección puede llevar varias semanas, explicó doña Marcelina Gansoles.
"Si me dedico así al bordado y bordado sería como unos dos meses, bordando lo que es la falda como un mes y si no se va quedando, pero como yo me dedico a esto poquito más de un mes para hacer un juego dedicándome de lleno".
Contenta de participar por segundo año en el módulo de artesanías colimenses de la feria, la señora reconoce que no es fácil vender los trajes porque pueden llegar a costar hasta 2 mil 500 pesos, porque está hecho a mano y la gente regatea.
"Siento que no valoran cuanto tiempo se lleva uno en hacerlo, mucha gente si, la gente que sabe bordar si respeta el trabajo, pero este año ha habido mucha gente si lo valora ¿ lo valoran pero no lo pagan ? no mucho, no se valora mucho se debería valorar la artesanía, lo que es hacer algo a mano".
A pesar de esa situación se siente orgullosa de su trabajo, ya que sus trajes sirven para honrar a la virgen de Guadalupe, se los han llevado a distintas partes del mundo.
"Para mi es una satisfacción poder hacer esto y que de esto me mantenga, porque de esto vivo, porque fue mi madre la que me enseño hacer esto, me creerá que aprendí como a los 14 años, porque me llamaba la atención hacer lo que ella hacía".