Deudas, incertidumbre económica y problemas emocionales, son parte de las afectaciones que está enfrentando la señora María Cristina Morales quien está por cumplir un año sin trabajo, debido a que en marzo del 2020 fue cerrada la cooperativa de la escuela primaria J. Jesús Ventura de Villa de Álvarez, a causa de la contingencia sanitaria por el Covid-19.
Señala que en estos más de 10 meses de pandemia ha buscado opciones para obtener recursos para su hogar, sin embargo la situación ha sido tan difícil, incluso, hasta para lograr el alimento del día.
"Opté por buscar una manera de solventar un poquito la necesidad, por lo cual lo sábados empecé a vender antojitos mexicanos aquí en casa, pero pues no ha sido suficiente porque no es lo mismo un día y pues estoy así como que rogándole a Dios y todo para que las cosas se normalicen porque sí ha habido momentos en que sí ha sido difícil hasta para la comida".
Cristina reconoce que cuenta con el apoyo de su esposo, pero también acepta que no ha sido suficiente ya que de ellos dependen sus dos hijos que actualmente estudian, además de los compromisos que se tienen sobre el pago de servicios.
"Muy muy complicado, la verdad, a veces se llegan los pagos, usted sabe, o sea, no porque no esté trabajando no voy a pagar la luz, el gas se termina, pues todo, el internet que ahorita no puedes decir: ahorita no pago el internet, pues se necesita sino cómo estudian mis hijos. Entonces pues todos esos servicios se tienen que pagar, no puedo decir ahora no".
Con casi 10 años laborando en la cooperativa escolar, Cristina asegura no perder la fe en que su situación mejorará y pronto retomará a su fuente de empleo.
"Pues yo si quisiera regresar, sí, hasta que se calme, pero también soy consciente que son niños, no pueden exponerlos así a que se enfermen, va a estar un poco difícil, incluso cuando ya regresen porque tengo entendido que lo van a hacer escalonados, entonces no van a ir todos. Quizas también me siga afectando de alguna manera porque pues al no ir todos también".