"Tengo 35 años cocinando y ahora sí que, si me hablan de cocina lo que sea les, hasta un venado, una iguana, lo que sea les cocinamos y pues me gusta este oficio y lo hago sobre todo con mucho amor y cariño".
Martín Rivera Camberos incursionó en este oficio hace unos diez años cuando trabajaba para una empresa de alimentos industriales, la mayoría de veces fuera de Colima, sin embargo, un día decidió que necesitaba establecerse bien en su estado natal, trabajar a sus tiempos y ganar su propio dinero.
"Cuando me veían que bajaba a este la comida me preguntaban que si les podía vender y me agarré unos clientes/me preguntaba cómo que ya no va a venir y dije bueno voy a venir por ustedes y empecé a venir con poquitos platillos, recuerdo que el primer día traje como 30 y vendí como 18".
Poco a poco la situación fue cambiando y por ello, decidió instalarse al exterior de una plaza comercial al norte de la ciudad de Colima, lugar en el que lleva poco más de año y medio, actualmente trae entre 80 y 100 comidas diarias.
Rivera Camberos se siente orgulloso del trabajo que realiza, pues además de ser el sustento de la familia, realiza lo que tanto le gusta desde que tiene uso de razón. Además, a lo largo de su vida ha tomado cursos y diplomados de cocina.
"Yo pienso que me nació por la familia, mi abuelo materno le gustaba hacer birrias, borregos/yo estaba chiquillo y veía desde que mataban el animal, lo destazaban y lo preparaban hasta el cazo y cuando salía fritanga".