Las desapariciones de mujeres y hombres continúan escalando en la entidad colimense, así como la incertidumbre de las familias que tienen un asiento vacío en sus mesas. Tan sólo en lo que va de este 2023 se tiene un registro de 354 víctimas de desaparecidos y 346 carpetas de investigación.
Mientras que el acumulado son 6 mil 083 personas que están como no localizadas desde el 2018 y hasta este 03 de julio del 2023, de acuerdo con los datos de la Fiscalía General del Estado de Colima.
En el Manual de Capacitación para la Búsqueda de Personas en cuanto a los efectos y daños en la salud de familiares de personas desaparecidas, se menciona que la experiencia de la desaparición se ha equiparado a una forma de tortura para sus familias, especialmente cuando durante los procesos de búsqueda las familias son revictimizadas
Algunos efectos identificados son el agotamiento, alteraciones del sueño, trastornos digestivos, problemas cardiovasculares e incidentes cerebrovasculares. En cuanto a los mentales, son los cambios de ánimo, trastornos de ansiedad, sentimientos de culpa, alucinaciones, sintomatología de tipo depresiva, entre otras.
Describe que las omisiones, ineficacias y maltratos por parte de quienes deberían brindar apoyo, resarcimiento (si es posible) y procurar el bienestar de los afectados producen nuevos daños y agravan los existentes; así como la falta de sensibilidad y empatía, poner en duda la credibilidad de la víctima, y las dilaciones y largos tiempos de espera en el sistema de justicia.