Juan Manuel Hernández Piña tiene más de 35 años dedicándose a la elaboración de artesanías con materiales reciclados. Podríamos decir que como coloquialmente se le dice, el hombre es un mil usos, pues trabaja desde la carpintería hasta la albañilería y herrería.
"Ahora sí que combiné todo porque los hijos exigen escuela y todo/ahorita no tengo todo lo que hecho pero los muebles estos los hice, es que lo que hago lo voy sacando nomás que estos los dejé para mí".
"Hice un aparato para cortar unicel y hacer letras de unicel, porque todas las manualidades que hacemos mis hijas y yo, prefiero hacerlas no me gusta irlas a comprar porque uno puede reciclar, de hecho cestos de basura con botellas de refresco y todo eso es para ayudar a mi familia".
Y aunque muchos de los trabajos que realiza son para donarlos a escuelas, instituciones o personas en general, estas labores le han permitido sacar adelante a su familia, muestra de ello, son sus tres hijas, quienes además de los valores que les ha inculcado el hombre, han sabido sacar provecho a su mayor herencia que es el estudio. Una de ella, se encuentra fuera del país, estudiando su carrera profesional.
Juan Manuel se siente muy orgulloso de lo que ha logrado hasta el momento. Pero además señala que está en la mejor disposición de enseñar a elaborar cada una de las manualidades que a lo largo de su vida ha aprendido a personas con alguna discapacidad que quieran salir adelante por sus propios medios.
"Yo les puedo enseñar y se ganan su dinerito y a veces les da pena que les de uno dinero porque no se quieren sentir que no puede, y si no quieren ser dependientes yo les enseño lo que yo sé, hay que dejar algo en esta vida, y que la gente entienda que el reciclar es por el bien de nosotros, aunque no lo vea y pero que lo vean las siguientes generaciones".