Alegre y amable, es así como Manuel Correa lleva 18 años dedicándose a la elaboración de tortillas, todo surgió gracias a que la familia de su esposa ha dedicado toda su vida a la elaboración y venta de este producto.
Hacer la masa es de las cosas más difíciles de este trabajo, pues hay que levantarse desde las 6:30 de la mañana para elaborarla y terminar con la venta a las 2:30, aunque todo el trabajo no termina ahí, pues se debe dejar la máquina y el local limpio para el día siguiente, como diría don manuel, se trabaja de sol a sol.
A pesar de amar su trabajo, hay ocasiones en que los clientes piden se les despache rápido y hay quienes se quieren aprovechar de la gran afluencia que tiene su tortillería.
"Lo quieren así, o a veces dame el kilo y se van con todo y chivas, luego se la pago y ya no vuelven, estamos bien alertas, por eso les cobro primero, cuánto ocupa, no lo trae completo."
Aunque a su familia ya no le agrade tanto la idea de seguir trabajando en la tortillería debido a su edad y la gran responsabilidad que implica hacer la masa y trabajar todo el día, asegura no dejará de dedicarse a ese trabajo que tanta satisfacción le ha dado.