Ana comenzó a fumar cuando tenía 15 años, la situación familiar fue lo que la impulsó a caer en las redes del tabaquismo, una droga lícita que de acuerdo con los especialistas, es de las más difíciles de dejar.
"Mi mamá fumaba, mis hermanas fumaban, era como algo que ves cotidianamente y empecé a fumar, lo dejé durante mis embarazos pero después seguía fumando".
La mujer llegó a fumarse dos cajetillas por día, sin embargo, fue hasta que comenzó a presentar problemas de salud y que incluso su vida estaba en riesgo que decidió terminar con este vicio.
"Una tos persistente que no te dejaba ni de día ni de noche hasta dormida toses, cuando caminas, no tener suficiente aire y también implica cuestiones como que se te manchen las manos, los dedos, los dientes/no fue tratamiento aquí es con ganas aquí pues a mí me dijeron te mueres el pensar en dejar a mi familia, mi madre, mi pareja y dices no esperame".
Reveló que no fue fácil dejar algo que le generaba mucho placer, sin embargo, su familia fue su principal motivo para salir adelante. Ahora señala que a partir de qué tomó esa decisión su calidad de vida mejoró notablemente.
"Fue poco a poco, no lo puedes dejar de un día para otro después de tantos años pero te vas dando cuenta que va regresando la calidad de vida, haces mejor las cosas, ya no te sientes tan cansado, que se te oprime el pecho, que tienes gripa o carrasperas, tos y dejas de tenerlo y eso va mejorando y te ayuda muchísimo, cuando fue eso, después de 30 años más o menos de fumar".