El gobierno del Estado informó que fue identificado oportunamente un caso de rabia canina, el primero que se presenta desde hace casi tres décadas en Colima.
Por ello, la dependencia recordó que los animales que trasmiten la rabia en el área urbana son los perros y gatos, mientras que en las áreas silvestres son murciélagos, coyotes, zorrillos, mapaches y tejones, entre otros.
Asimismo, los animales de interés económico que pueden padecer rabia son las vacas, cabras, cerdos, borregos y caballos, los cuales también pueden transmitir la enfermedad a las personas.
La rabia se transmite a través del contacto directo (por ejemplo, de la piel cortada o las membranas mucosas de los ojos, la nariz y la boca), con la saliva o los tejidos del sistema nervioso o del cerebro de un animal infectado, principalmente por mordedura.
Por eso, si alguna persona ha estado en contacto o ha sufrido la mordedura de los animales mencionados, deberá lavarse las heridas inmediatamente con agua y jabón o solución antiséptica y acudir a recibir atención a su unidad médica más cercana, sin olvidar reportar el incidente de agresión para que sea orientada acerca de las acciones a seguir, como son vigilancia del animal agresor, manejo de las heridas y determinar la necesidad de vacuna.
Esta enfermedad es prevenible con vacunación, por lo que es indispensable la participación de la sociedad para prevenir que se presenten casos en perros y gatos, así como en el humano, vacunando a sus mascotas contra la rabia en forma anual.
Se recomienda a la población llevar a su mascota al veterinario con regularidad y mantener al día las vacunas contra la rabia de perros y gatos; evitar la salida de los gatos y mantener vigilados a los perros, y en caso de salir a pasear juntos, utilizar correa, y esterilizar a sus mascotas para ayudar a reducir la cantidad de animales en situación de calle, los cuales no reciben los cuidados necesarios ni son vacunados.
De la misma manera, se sugiere a las personas evitar tener contacto con animales silvestres; no realizar acciones de control de animales silvestres por su propia cuenta y, así, evitar un desequilibrio ecológico en nuestro estado; no tener animales silvestres como mascotas; lavarse las mordeduras o rasguños de animales inmediatamente con agua y jabón o acudir de inmediato a una unidad de salud si la agresión proviene de un animal silvestre.