A dos meses y medio de haber asumido el cargo, la alcaldesa de Manzanillo, Griselda Martínez Martínez, señaló que en el ayuntamiento continúan saliendo deudas de la administración anterior, pasivo que suman ya más de 680 millones de pesos, entre ellos una serie de recursos federales de los que hicieron mal uso y ahora les piden que pagan.
"En qué es ese dinero entre deuda que se adquirió en bancos, pero mucha de ella también es deuda con proveedores, deuda a sindicato, pero mucha de ella también es recursos que se debieron haber ejercido, que no se ejercieron que tampoco se regresaron a la federación y que no existen en bancos o sea un desvío de recursos".
La presidenta municipal no informó se procederá legalmente por el desvío de recursos señalado y contra quien se actuaría, se limitó a decir que ante la situación ha tenido que hacer ajustes y eliminar gastos que hacían en el trienio anterior y representaban el reparto de limosnas que impedían al gobierno cumplir con su responsabilidad de dar mantenimiento a las calles, la red de drenaje o el alumbrado público.
Finalmente reconoció que Manzanillo necesita dinero para proyectar su crecimiento ordenado, porque actualmente es un cochinero ante las obras inconclusas del gobierno estatal y la falta de planeación para el crecimiento de las vialidades del puerto que se encuentran saturadas por los camiones con mercancías.
