Con 75 años de edad, Don Rubén Castillo Gutiérrez no pierde su motivación para trabajar en la elaboración de cortineros y juguetes de madera como trompos, yoyos y baleros, para seguir apoyando a su madre de más de 90 años de edad.
Comparte que su situación económica no ha sido fácil en este periodo de contingencia, pues lo poco que vende apenas si le alcanza para comer durante el día.
"Pues, puede ser que ahí nomás para ir comiendo, ahí más o menos, porque las ventas han bajado mucho con eso de la epidemia, eda, pero ahí nos la llevamos, poco a poco. ¿Dónde los vende usted? Yo vendo ahí en el jardín Torres Quintero".
"Vivo con mi mamá, mi mamá tiene 95 años y está enferma de esa enfermedad de que habla sola y media renegadita, y yo tengo que atenderla de todo y todo, trabajar, fabricar, irme a vender y pues es una vida un poquito difícil, pero como le decía: ahí la vamos pasando".
En un pequeño taller que apenas se ilumina con un foco, ubicado en el Andador Leonel Ramírez número 9, lado norte, en lo que también se conoció como el Jardín del Arte de Villa de Álvarez, el señor Rubén corta con gran ánimo la madera que transformará en cortineros y que buscará vender en el jardín Torres Quintero de Colima, este viernes.
"Pues mire, aquí hacemos, hacemos este que tiene el nombre de ojo, de ojo, y este pecesito, verdad, que es fabricado aquí, tenemos el de U, que es para closet y baños y otros que tengo allá adentro, en un costal que horita es imposible traérselos porque estamos aquí parados, verdad, pero se fabrica de varios".
Comparte que decidió no casarse para cuidar bien a su madre, misma que lo observa mientras sigue cortando madera.
"Tengo aproximadamente 20 años haciendo estas cosas. Primero era comerciante pero de un de repente fracasé porque me fui a vivir al Chanal y allá se me vino la competencia encima en el comercio y ya no medio ni para sobrevivir ahí, entons me tuve que venir para acá".
El señor Rubén Castillo reconoce que su vida no ha sido sencilla, pero también asegura que nunca se ha derrotado y pese a su edad sigue trabajando con mucho empeño, por su bien y el de su madre, así sea poco lo que le ofrezca.