Dulce tentación para el paladar

Ericka Lizeth Ramírez, tiene más de 18 años como propietaria del negocio de dulces tradicionales, mismos que se elaboran de manera artesanal. La jóven se apoya mucho de Marco Gutiérrez Verduzco, quien es encargado de la producción.

"Nace hace varios años con la iniciativa de emprender un negocio que produzca una retribución económica/son dulces regionales de qué tipo? principalmente de coco, de leche, pulpa de tamarindo y cremas de cocada que son los dulces regionales, 100 por ciento naturales, todos los productos vienen de la región, el coco de Armería o Tecomán, la leche de ganaderos de aquí los que nos traen".

"El proceso de una cocada es un poco largo hablamos de que nos llega la materia prima que es el coco y la pulpa y tenemos que procesarla, picarla, molerla en molino de nixtamal, ahí pasa a cocción aproximadamente dura 40 minutos en cocción, se va aplicando el azúcar, colorante y el conservador".

"De ahí sale y se enfría a mano y pala a que pierda la temperatura, se pone en los moldes en donde se apisona y se deja reposar hasta el siguiente día y se corta en trozos o se hacen bolitas y esas se doran y es el producto que vemos".

En temporada regular como ellos le llaman, producen alrededor de 600 kilos de pulpa de coco, de donde sacan el alfajor, las cocadas y crema, mientras que en una buena temporada la producción se triplica.

A pesar de ser una labor compleja porque hay que estar al pendiente para darle el punto exacto al dulce, a Marco le apasiona su trabajo, pero lo que más le gusta es consentir el paladar de los clientes.

"Qué es lo que más me gusta, comérmelos, pues ver el producto terminado, que al público le guste y tenga preferencia por ellos/me imagino que todos nos sentimos recompensados cuando reconocen nuestro trabajo".