La educación de los padres o tutores es fundamental para prevenir la violencia, pues mientras en el hogar no existan estos factores de riesgo, se verá reflejada la ausencia de ella en su entorno a futuro. Lo mismo aplica en el caso de que sí exista violencia en el núcleo familiar.
"Si un niño crece en un ambiente cariñoso, respetuoso, pero con límites, por sí solo, racionalmente va a identificar lo que está bien y lo que está mal, por el simple hecho de ver cómo se llevan sus padres, cómo se dirigen a él, cómo le hablan cuando hace algo indebido".
Claudia Karime Mancilla Topete, Psicóloga Infantojuvenil, explicó que existen diferentes tipos de crianza en los hijos; padres autoritarios (son inflexibles, exigentes, severos al castigar a sus hijos), padres permisivos (dicen que sí a todo, aún cuando la conducta es inadecuada y no existen límites) padres pasivos (dan todo, no castigan, son amorosos, no hay violencia, esta situación puede generar rebeldía en los hijos) y, padres con autoridad (cariñosos y ofrecen su apoyo al menor, pero al mismo tiempo establecen límites firmes para los pequeños).
"en las películas, series, etc., mientras los protagonistas sean violentos están dando un mensaje como, él es el héroe, lo reconocen, lo voltean a ver, llaman la atención, y un mensaje muy claro es que deben supervisar lo que ven sus hijos".
La especialista consideró además que hacen falta políticas públicas relacionadas a erradicar la violencia, es decir, entrenamiento para educar a los menores en escuelas, es decir, capacitar a los docentes, alumnos y padres de familia sobre las consecuencias de comportamientos positivos y negativos y la violencia en el entorno social.