Ubicado en un pequeño predio de la calle conocida como la del artista de nombre, Leonel Ramírez, en el municipio de Villa de Álvarez, se encuentra la mesita de artesanías y cortineros de don Rubén Castillo Gutiérrez, quien a sus 72 años y paso firme aún trabaja por conseguir el sustento de su hogar que prácticamente lo conforman él y su mamá de 92 años de edad.
"Yo me dedicaba primero a la carpintería era empleado me da pena decirlo pero no me ajustaba lo que me pagaban, cuando se inauguró el tianguis cultural yo empecé a trabajar las artesanías tradicionales que son trompos, yoyo, alhajeros y varias cosas que nadie me las enseñó todo es creatividad mía".
Fue hace más de 20 años que don Rubén comenzó en el oficio de carpintero y de manera empírica aprendió a elaborar todo tipo de artesanías, sin embargo, ese negocio sólo le era rentable en temporada alta de turismo, por lo que optó por dedicarse a los cortineros y desde entonces este trabajo ha representado todo en su vida.
"Significa lo más valioso para mí significa sacar para subsistir porque no es tan fácil ya no pueden emplearnos así como estoy yo y desgraciadamente no se vende yo estoy aquí y abro diario pero no , le gusta su trabajo ? Lo que más me gusta es hacerlo y que le guste a las personas"
Desde las ocho de mañana y hasta las siete de la tarde oferta sus artículos a todas personas que transitan por el lugar, debido a que desde el mes de enero enfermó y no ha podido recuperarse para asistir a la vendimia del tianguis cultural, no obstante, esto no ha sido un impedimento para que don Rubén con mucho entusiasmo fabrique las piezas que aproximadamente se tarda dos días en su elaboración y oscilan entre los 20 y 45 pesos.
"Yo consigo las maderas aquí en Las Aguilas tengo los palos yo tambien los fabrico y con el tiempo yo arme una maquinita y yo los hago / si tienen nombre, tengo venados, tengo flores tengo el principal que yo inventé, este de madera de cedro también modelo mío / que están bonitos que si les gustan y algunas personas de que están muy bien hechecitos y hay cometarios de todo".
Este Hombre es el único que sobrevive de la generación del profesor Rafael Heredia quien les enseñaba cosas de arte y apoyó a varios artesanos de la zona con el fin de fundar un barrio de artistas, aunque el sueño no se concretó Don Rubén continúa con su legado, por ello espera reincorporarse lo más pronto posible con sus actividades y ganarse unos pesitos extras para comprar sus medicamentos.
"Me gustaría que les gustará que vinieran porque es mucho sacrificio para hacerlo para que no se vendan".