Juana Valdez junto con su esposo Daniel Solís se dedican a la elaboración y venta de paletas con frutos de la región, en un negocio que comenzó en 1972 pero que ellos adquirieron hace 15 años.
"Lo comenzó la señora Cuca que era la patrona de mi esposa, ella decidió dejarlo por el tiempo que duró aquí y quería descansar, entonces le cedió el negocio y como toda su vida ha estado en estos negocios de las paletas decidió continuar se lo cedió a él hace 15 años que estamos en familia trabajando/él ya tenía más de 20 años trabajando con ella y desde su niñez ha sido paletero porque trabajaba en varias paleterías".
Desde entonces, decidieron comenzar a innovar en sabores y a mejorar el producto con la intención de ofrecer paletas y aguas frescas de calidad, elaboradas de manera artesanal.
A diario, elaboran alrededor de 2 mil paletas, pues cada vez la demanda crece gracias a la preferencia de sus clientes.
"Trabajamos pura familia y vendiendo igual pura familia, mis hermanos, mis hijos, todos trabajan aquí/venden en la calle en carritos como el Chevy andan vendiendo y es familia/lo del negocio se refiere a que todo sea natural al 100 por ciento que no lleve conservadores, a veces nos piden agua fresca de piña colada o fresa colada pero no lo vendemos porque no es natural, le explicamos al cliente que no podemos hacer esas aguas porque llevan químicos".
Para la señora Valdez el secreto del negocio es el cariño y dedicación que le ponen a la elaboración del producto, actividad que disfrutan de inicio a fin.
"Sabores hay de todos, cacahuate, vainilla, nuez, fresa, coco, café, chocolate, yaka, guayaba, ciruela pasa, calabaza, son muchísimos, lo que más es la vainilla que lleva ate y la de nuez se venden mucho/a nosotros nos gusta mucho esto, venir a hacer el producto y que quede bueno y de calidad y es lo que nos ha hecho duplicar las ventas porque vendemos calidad".