Elisa Ávila fue adicta al cigarro por más de 25 años, pues proviene de una familia en donde la mayoría consumen tabaco.
"Yo comencé por ver a mis amigos a mi familia y se me hizo facil agarrar el cigarro y empezar a fumar, eso fue alrededor de los 16 o 17 años".
La mujer describe esta adicción como muy fuerte, pues comparte algunos episodios de ansiedad al pensar que en algún momento le podría falta un cigarro.
"El pensar que se te está acabando la cajetilla y te van a cerrar la tienda, te desesperas porque piensas, y si cierran la tienda, qué haré en la noche, si es una adicción muy fuerte el decir, tengo que tener cigarros, yo llegué a fumarme hasta cajetilla y media al día a veces le bajaba o a veces le aumentaba dependiendo el ánimo".
Sin embargo, por problemas de salud tuvo que dejar de hacerlo, y aunque señala que no fue fácil, con apoyo de los profesionales pudo hacerlo.
"En un proceso que yo tuve que hacerme para una operación me descubrieron arritmia cardiaca y un soplo y me dijeron que si no dejaba de fumar definitivamente me moría en la operación, me quedaba en la plancha y pues eso te asusta porque piensas en lo que puedes dejar y eso cuando decides dejar de fumar".
"Fue difícil? muy difícil, la necesidad de tener algo en la mano, en la boca, el aspirarlo, si fue difícil, yo lo hice paulatino, si me fumaba una cajetilla le fui bajando, decía si hoy son tantos cigarros, o veía la hora son las 11:00 a las 11:30 tengo derecho a fumarme otro cigarro y así hasta que lo vas dejando/te deja consecuencias de una tos persistente que no se te quita o será en años, el daño en los pulmones te lo hiciste"
"Hoy cómo te sientes? mucho mejor, caminas mejor, respiras mejor, no te agitas, subes las escaleras y no te hace falta el aire, completamente distinto/ yo entiendo porque ya estoy de los dos lados el que las personas que fumas intenten dejarlo o por lo menos le bajen pero a las personas que preguntan, qué se siente fumar? se siente horrible, mejor ni le intentes es mejor mantenerse al margen de ese vicio".