Pedro compró un cilindro de gas del 30 kilos para cocinar y utilizarlo en las tareas diarias de su vivienda, sin embargo el repartidor del gas no revisó que tenía una fuga que a un tiempo menor de una semana su cilindro quedó vacío,
"De hecho esta es la segunda vez ocasión en la que se me entrega un cilindro en malas condiciones, la primera vez sucedió que estando el cilindro nuevo instalado por el repartidor de la empresa gasera a los 5 días de estar instalado se terminó el gas".
La empresa gasera indicó que podrían regresarle sólo el 50 por ciento del valor del cilindro, sin embargo Pedro no aceptó, ante la negación la empresa se hizo responsable y le entregaron un cilindro lleno y en buenas condiciones.
"Pero cuando acostamos el cilindro para ver la parte de abajo estaba toda carcomida la lámina y ahí se veía húmedo, entonces cuando tocamos esa parte el olor a gas era muy fuerte, muy penetrante".
El cilindro lo pintan, le dan una manita de gato para que quede bonito y lo entregan, opina el cliente, y considera que es una práctica que se ha venido realizando desde hace tiempo atrás.