El siete por ciento de la población total en Colima tiene alguna discapacidad, lo que equivale a casi 50 mil 200 personas, según el último censo del INEGI.
A pesar de ello, no existe un sistema de transporte adaptado. De acuerdo con el presidente de la asociación civil, Colima Sin Barreras, Arturo López Molina, esto se debe a la falta de voluntad por parte de los gobiernos.
"Las tres o cuatro unidades que había de servicio urbano las retiró y tampoco hizo efectivo la ley de transporte que existe para que las actividades que van entrando el servicio ya vengan con el equipo de elevadores en este caso".
La falta de transporte público incluyente afecta seriamente la economía de las personas con algún tipo de discapacidad, pues muchos de ellos requieren trasladarse a escuelas, e instituciones para sus terapias o tratamientos, lugares de trabajo y otras actividades.
"Aquellos que dependen de subirse al camión para transportarse a distancias largas y tienen que llamar a alguna de las únicas dos unidades que hay y que cobran 120 pesos cuando normalmente un taxi normal cobra 30 pesos imagínese en la economía lo que repercute".
Lo anterior sin contar que la infraestructura en la ciudad tampoco es la adecuada para este sector de la población.