Son cientos de familias las que habitan en el albergue cañero de Quesería y la posibilidad de ganar un poco más de dinero que en su lugar de origen, es la principal causa que los motiva año con año a regresar, durante cada periodo de zafra, sin importar las condiciones precarias y de hacinamiento en las que habitarán en este lugar.
Gema: "Bueno aquí, ahora sí que, el trabajo es un poquito más pagado que allá y pues ahora sí uno tiene que buscar un poco pues onde gane uno mejor, principalmente por nuestras familias, pues".
Abad García: "Y uno pues viene buscándole la vida de que, pues, un poco mejor, vaya. Allá está un poco más escaso el trabajo y aquí por lo regular aunque sea en el campo pues uno la va, este, la va pasando un poco mejor".
Por la mañana, los varones, en su mayoría, salen a trabajar a los sembradíos de caña mientras que las mujeres y sus hijos se quedan en las galeras que han adoptado como hogar, entre plásticos, madera, cartón y mucha tierra.
Abad García: "Pues las casas están en malas condiciones, pues, pero no nos queda de otra, si nos vamos pa la renta pues no nos sale estar rentando y estar pagando y aquí porque nos brindan esa oportunidad, pues aquí estamos a como sea".
La pobreza extrema es evidente en este lugar y aun así muchos han decidido quedarse a vivir por más tiempo a pesar de las necesidades que enfrentan.
María Guadalupe Ruiz: "Mucho frío, muchas enfermedades, la gripa y, este, pero aquí andamos echándole ganas, verdad".
Herlinda: "Pues mucho frío ya y luego, este, cuando llovió pues nos mojábamos todos ahí en los cuartos".
Los jornaleros vienen principalmente de Guerrero, Chiapas, Puebla e Hidalgo y recientemente llegaron decenas de familias al albergue. Al contribuir en la economía de Quesería, piden que las autoridades no los olviden, pues ellos también necesitan de apoyos.