Marco Antonio Parra Gutiérrez, tiene más de 20 años dedicándose al campo de manera formal, pues desde muy pequeño apoyaba en este tipo de labores a su papá.
Comenzó con el cultivo de tomates, papayas, limones y otros frutos, no obstante, fue hace aproximadamente 15 años que decidió experimentar con la siembra de chiles y piñas.
"Viendo que el vecino estado de Michoacán en Coahuayana se producían chiles quisimos empezar a producirlos/la vida del campo es muy bonita la agricultura deja muchos buenos sabores de boca/yo vengo de padres agricultores, mi padre era agricultor entonces de ahí, ahí nos creamos en el campo".
A pesar de que describe su vida en el campo como lo mejor que le ha pasado, han tenido que enfrentar altas y bajas debido a las enfermedades y plagas como la mosca del mediterráneo, que este año les mermó la producción.
Explicó que son alrededor de 15 productores de chile, en el estado de Colima, principalmente jalapeño y serrano. Entre todos suman una superficie de 200 hectáreas y una producción de 10 mil toneladas, sin embargo, este año no será así. Claro ejemplo es su caso, pues mientras en años anteriores sembraban entre 20 y 30 hectáreas para una producción aproximada de mil 500 toneladas, en esta ocasión solo sembraron diez hectáreas para una producción estimada de 500 toneladas.
"La mayor parte se queda en el país, hay ocasiones en las que se exporta por el lado de la frontera Tijuana, pero se va en bruto, la mayoría del chile que se produce es para consumo en fresco y lo que queda va para industria para enlatarse, la mayor parte se va a México y Puebla".
De los apoyos ni hablar, pues no existe ningún tipo de ayuda para este cultivo, señaló el productor.