El síndrome de down ocurre aproximadamente en uno de cada 691 nacimientos y la mayor recurrencia se da en mujeres que se embarazan después de los 35 años de edad, sin embargo una persona con este síndrome también puede padecer parálisis cerebral o autismo, de acuerdo con la Secretaría de Salud Colima.
Sin embargo en Colima se tiene un rezago para su atención pero también para que puedan desarrollarse en su entorno.
"Definitivamente no estamos preparados como sociedad pero más que nada a nivel de autoridades nos hace falta mucho trabajo pensando en estas personas con alguna discapacidad".
Deben de tener las mismas oportunidades desde en la atención médica y hasta para desplazarse en las calles, falta de rampas, accesos y sanitarios adecuados, la realidad es que existen limitantes.
"Entonces yo creo que como sociedad nos falta conciencia, abrir espacios es una parte que también se nos dificulta mucho, de poderlos integrar a la parte escolar, a la parte laboral".
Hace falta exigir a las autoridades municipales, señala la especialista, por ejemplo desde que en colonias no están regulados los ruidos, música a alto volumen y los cohetes de las fiestas populares, que esto afecta en el estado emocional de las personas con discapacidad.
En el ámbito familiar existen dos puntos, desde que puede ser el primer lugar donde se les discrimine o se les impulsa para ser tomados en cuenta.
"He conocido a lo largo de todo este tiempo que por ejemplo sale toda la familia y el niño con discapacidad se queda o todos van a la escuela hay que hacer un esfuerzo pero el niño con discapacidad no porque es más difícil, más complicado, entonces desde casa empieza el tratarlos como a cualquiera de nosotros ".