Martín Álvarez tenía un familiar que falleció junto con su albacea en un accidente automovilístico, los hijos quedaron como beneficiarios de la empresa que tenían pero en sus cuentas no dejaron a nadie, para actuar tuvieron que ponerse de acuerdo sobre quién sería el responsable legal de los trámites, el tutor de los hijos. Afortunadamente con la adecuada asesoría pudieron realizar los trámites correspondientes, pues de otro modo hubieran tenido problemas fiscales que hubieran hecho el proceso más largo.
"La parte fiscal se complica cuando hacienda puede embargar para asegurar su pago de impuestos/básicamente las trabas son estas que muere y entonces aunque una persona adulta el testamento estaba bien claro pero había que liquidar lo bienes y es donde empieza el conflicto porque él tenía de beneficiario a la esposa pero falleció con él y no podía ejercer".
Esto le sirvió de lección a la familia para realizar todos los trámites correspondientes en vida y prever varios temas como lo ocurrido con el familiar de Martín.