Pese a que desde el pasado domingo el Obispo de la Diócesis de Colima, Marcelino Hernández Rodríguez, anunció el reinicio de actividades en iglesias y templos católicos, este miércoles la Catedral Basílica Menor, El Beaterio y la Parroquia de San José en el centro de Colima, entre otras, permanecían cerradas al público, por lo que feligreses consideraron necesaria y urgente su reapertura ya que hacen falta estos espacios de oración, ante los tiempos difíciles que se enfrentan por la pandemia del Covid-19 y las secuelas que ha generado.
Alma Angélica : "Pues sí, yo pienso que es necesario porque, pues, mucha gente, pues, a veces nos alimentamos de la fe, verdad, y pues eso nos da fuerzas para seguir adelante. ¿Es muy complicado el tiempo, por esto de la pandemia, es necesario? Pues sí mire, estem gracias a Dios yo no lo he sentido mucho, pero yo veo mis hijos, alguno de mis hijos sí se quedaron sin trabajo, entonces, a parte he conocido gente que sí, en realidad, sí lo necesita.
Guadalupe Sánchez : "Claro que sí, es por el bien de uno mismo también, para, para que a la vez, también, ya esté abierto y poder acudir uno, a pedir todas, pues, todas las necesidades no nada más por uno, por todo el mundo".
No obstante, cabe destacar que en el caso de la Parroquia de San José, el padre Oscar Llamas explicó que su reapertura se realizará a partir del próximo sábado 5 de septiembre, con las medidas de seguridad sanitaria que han recomendado las autoridades de salud.
"Aunque se dio ya esa disposición, pero tenemos que ir poco a poco, lentamente, verdad, en primer lugar dando la limpieza adecuada a nuestros templos, de sanitizarlos y contar con todos los protocolos que se nos dicen, verdad. Tenemos que tener un tapete sanitario, tenemos que usar el cubrebocas todos los feligreses que vengan, ponerles también gel en sus manos y tener una sana distancia en las bancas, no se van a sentar como normalmente lo hacían, verdad, de a 4 o 5 personas, sino solamente dos personas en cada banca".
El padre Oscar Llamas pidió comprensión y paciencia a los feligreses, ya que afirmó que cada sacerdote es responsable de la organización de los protocolos sanitarios para evitar contagios. Insistió que, una vez que cada uno cuente con las condiciones adecuadas, se reabrirán las iglesias y templos para los fieles católicos.