Los golpes de calor tienden a presentarse cuando la temperatura corporal alcanza los 39°C o más, la persona tiende a tener una sed intensa y sequedad en la boca, esto de acuerdo con información de la Cruz Roja Mexicana.
Por otro lado se tiene una sudoración excesiva, piel seca, agotamiento o debilidad, mareos o desmayos, dolores de estómago, falta de apetito, náuseas o vómito; así como también dolores de cabeza, estado de desorientación o delirio.
En cuanto a las medidas de prevención se deben evitar las bebidas con cafeína o azúcar en exceso. De igual manera evitar salir a la calle en las horas más calurosas del día y preferiblemente no hacer deporte o jardinería bajo el sol intenso, así lo mencionan diversas fuentes como la Organización Mundial de la Salud.
Ante esto es recomendable vestir ropa ligera, de manga larga y colores claros, permanecer en zonas de sombra y lugares frescos, utilizar lentes de sol, gorra, sombrero o sombrilla.
Quienes tienden a presentar mayores riesgos para sufrir un golpe de calor son los niños y los lactantes, así como las personas adultas mayores, las personas con sobrepeso u obesidad, pero también los trabajadores que realizan tareas intensas, al aire libre o actividades deportivas de alto nivel.