Caminar por las calles bajo el sol y realizar actividades que ocasionen agotamiento en esta temporada son los principales factores por lo que las personas sufren de golpes de calor y los síntomas más comunes son los mareos, fiebre, aceleración del ritmo cardíaco y los dolores de cabeza.
Así también se refiere la sudoración excesiva al principio, después, falta de sudor; enrojecimiento y sequedad de la piel, temperatura desde 39 a 41°C y ataques con convulsiones.
Una persona que sufre estos síntomas puede llegar a tener otros signos alarmantes como confusión o pérdida del conocimiento, vómitos frecuentes, falta de aire o problemas para respirar.
De acuerdo con los especialistas, en la temporada de calor incrementan los riesgos de deshidratación por enfermedades diarreicas agudas y por la exposición excesiva al calor ambiental como lo es la insolación, lesiones térmicas y calambres.
Por lo que se recomienda tener buena higiene personal, lavar y desinfectar frutas y verduras; preparar comida en casa, pues el calor afecta los alimentos; tomar agua; mantener la basura en un solo lugar y taparla; así como procurar consumir vitaminas y sueros.