Paulina Pérez e Israel Rodríguez llevan más de cinco meses dedicándose a la elaboración de pan, y una semana y media de haber inaugurado la panadería artesanal Molino 32, la cual surge de la necesidad de querer hacer las cosas bien, de emprender y no quedarse con el confort de ser empleados.
"Molino porque es el aparato donde se transforman todos los cereales para convertirlos en un harina, tiene que pasar por algún tipo de molino, y 32 porque es la temperatura máxima en la que la levadura trabaja y saca como su explosión de sabores, de gas y también para que tenga la textura y demás."
La mayor satisfacción para ellos es ver que sus clientes se van y regresan contentos al adquirir su producto, el explicarles a algunos de ellos el proceso, el ofrecer una gran variedad y el aprender a tratar a cada uno de una manera diferente, hace especial el trabajar en ese lugar, aunque no todo es fácil, pues el tiempo invertido es lo más difícil de este trabajo.
"Regularmente tratamos de despertarnos a las 3, 3:30 y aquí estamos a las 4, a las 7:30 ya hay variedad de pan, a las 6 cerramos la venta al público, pero nosotros seguimos trabajando por el tipo de fertilizaciones que tenemos son largas, dejamos masas para el dia siguiente y llevar hornearlo y seguir haciendo más."
El trabajar en cocina en una labor pesada, por ello buscan más manos que deseen llevar a los colimenses el arte de hacer pan artesanal.
"Ahorita somos 4 y empezamos 3, ya ahorita a la semana y media nos dimos cuenta, que necesitábamos a alguien y justamente hoy es el primer día de una de las chicas."
Esta meta que para ellos apenas inicia, se ha convertido en un proyecto a largo plazo que quieren desarrollar para marcar la diferencia, en la calidad de sus panes y dar la oportunidad a otros emprendedores de dar a conocer sus productos a través de su panadería.