"A raíz de que mi abuelo hace como 35 años vendía escobas en Tecomán, el cortaba la palma/y yo le ayudaba a vender escobas porque nadie le quería, se avergonzaban de él porque nadie quería que los vieran vendiendo escobas y yo como no me da vergüenza".
Hace 15 años que don José Reyes Rincón Mejía se dedica a la venta de escobas de palma y varas elaboradas por su abuelo de 90 años de edad, después de que falleció, fue su tío quien ahora tiene 80 años quien se quedó con el negocio.
La falta de oportunidades laborales y el deseo de apoyar a su familiar lo impulsaron a llevar a cabo esta labor.
"Cuando yo me vine a Colima no hallaba en qué trabajar entonces me puse a vender escobas/lo que más me gusta es que yo trabajo para mí y lo que gane es para mí, no trabajo para nadie ni nadie me regaña".
Explicó que las escobas están hechas de palma del cerro que se dan en la localidad El Alcomún, mientras que la escoba de varitas se hace con la palma de coco.
"Cuando cae la palapa la pegan la palapa, sacan el huesillo y arman el cañón, este es el cañón/ y después el abanico y ya que está el abanico se le saca punta al palo y se le mete por abajo".
José Reyes mencionó que las escobas de huesillo o de varas no barren igual que las de plástico, pues las de plástico se lleva mucha tierra, mientras que las otras solo barren las hojitas. Entre tanto, las de palma sirven para barrer el polvo al interior de las viviendas.
Como dato adicional, dijo que estas escobas se fabrican hace más de medio siglo, fueron unas personas originarias de la zona indígena de Michoacán quienes fundaron el uso de las escobas de palma y varas en Tecomán.