Después de habitar por varios años en una azotea en deplorables condiciones de abandono y con problemas serios de garrapatas y sarna, Junny hoy tiene una mejor vida junto a otros hermanos caninos rescatados. Él, es un perro especial para la rescatista Susana de la Rosa.
"Es un balcón donde los tenían a lluvia y sol, entonces entre ese balcón Junny se cae y te hablo de hace años, pues, se cae del balcón y le operan media mandíbula, entonces por eso queda sin media mandíbula y con toda la lengua colgando".
Su rescate no fue fácil, pues su antigua propietaria se rehusó pese que se ofrecía una mejor calidad de vida para Junny. No obstante, ahora con casi 12 años, es catalogado como el más activo del albergue y la falta de su mandíbula no ha sido impedimento para ser feliz.
"Toma el su agua y haz de cuenta que el todo y es muy enamorado y es el que, por ejemplo, al levantarnos él ya quiere que abra esta puerta para salir pero como caballito brinque y brinque como si fuera un cachorrito de meses cuando ya está bien grande, la verdad".
Ante este caso, Susana lamenta que muchas personas no tienen la responsabilidad adecuada sobre sus mascotas, incluso ni las autoridades de los ayuntamientos pues poco hacen para rescatar y cuidar a los animales en abandono.
"Hay una persona que me cuida perros y digo, y si le llevo a Junny para que me lo cuide pero no, como ya está acostumbrado él conmigo y luego allá hay perros míos que también son grandes, dije no, me lo van a morder aquí ya está el acostumbrado, entonces desisto otra vez y digo mejor no".