La carpintería, su oficio y pasión

"Es un oficio que le está dando batalla a lo cotidiano, ya no requieren tanto el trabajo viejo en entonces se es revolucionando la carpintería".

Antonio García Munguía, es la tercera generación de carpinteros en su familia, un oficio que lo llena de orgullo y que tiene más de 20 años dedicándose a el.

"Yo empecé muy chiquillo en la carpintería que tenía mi abuelo a media cuadra aquí por la Dr. Miguel Galindo, ahí empezamos a tirar basura, a recoger , a agarrar la madera que va saliendo de las máquinas así empezamos y ya poco a poco agarré la enseñanza de mi padre Antonio García/ es muy satisfactorio porque ya carpinteros ya no hay y la verdad carpinteros ya no hay yo soy de hechura ya vieja".

Lo más complicado de este trabajo no es cumplir con la exigencia del cliente, sino adaptarse a las nuevas tecnologías y la transformación que el mundo de la carpintería requiere en la actualidad.

"Me está constando un poquito de trabajo hacer el trabajo nuevo por ese requiere la inmediatas de tener el trabajo pronto de pronto llega una señora y ocupa un trabajo en dos días entonces tienes que recurrir a un trabajo más rápido ya no es la espiga, esperar a que se seque, la carpintería va evolucionando, no tanto pero sí ha pasos lentos".

Anteriormente Don Antonio se dedicaba hacer muebles, sin embargo, los fabricantes de esos artículos acapararon el mercado por lo que optó por continuar con el estilo tradicional y realizando cosas más sencillas, trabajando con  maderas de parota, cedro y rosa morada.

"Lo entretenido del trabajo, ahorita estoy armando un brazo a este mecedora y te la tienes que ingeniar para hacer los cortes para que embone bien se tiene que hacer con paciencia y hay que hacer las cosas con calma es entretenido y eso me gusta mucho a mí".

"Los clientes que he tenido los tengo yo de años, cuando haces un trabajo y el cliente vuelve quiere decir que ya les gustó el trabajo y es muy satisfactorio porque quedan contentos con el trabajo".

Como todo ciclo, esta historia tiene un comienzo y un fin, después de Don Antonio nadie de su descendencia continuara con la tradición generacional. No obstante, se asegurará de dejar un legado con su trabajo para que los colimenses lo recuerden.