Delfina Ramírez Garibaldo comenzó a realizar trabajos de herrería hace poco más de 19 años con la intención de apoyar a su marido en los gastos del hogar. Y aunque al principio recibió muchas críticas por ser una actividad catalogada como de hombres, esto no la limitó a seguir adelante.
"Surgió porque a veces él no tiene quien le apoye en el trabajo porque las personas quieren ganar mucho y no es ni lo que gana uno, por eso me decidí pues a apoyarlo en lo que pueda y así poco a poco me fui enseñando/me decía que era trabajo pesado que no era para mujeres/mi familia me decía ay mamá cómo te pones pareces hombre cómo vienes de sucia porque así llegaba y las vecinas me decían que es trabajo pesado, pero es que me gusta les decía".
Poco a poco, Pina como sus conocidos la llaman se fue involucrando en el negocio, pues además de encontrarle el gusto, considera que es muy importante el apoyo que se le da a la pareja sin importar la actividad que realice, pues los límites se los marca uno solo.
"Hay que apoyar a la pareja no hay que dejarlo solos porque muchas mujeres nos enfocamos al quehacer de la casa y aquí se trata de progresar y salir adelante porque todo podemos hacer".
Recuerda que un día, su esposo tuvo que instalar una estructura de más de seis metros de altura y al no encontrar quien lo apoyara ella decidió sorprenderlo durante el trabajo.
"En una ocasión me subí a 6 metros de altura a subir unas láminas, fue lo más arriesgado que hasta él me regañó porque estaba haciendo ese trabajo y no había quien lo apoyara porque les daba miedo subirse a las alturas, de repente dije si no hay nadie yo voy, cuando me vió se sorprendió porque no sabes como pisar una lámina ni nada/pienso que todo podemos hacer las mujeres todo podemos hacer si nos proponemos es solo cuestión de eso".