De acuerdo con la especialista en terapias asistidas con caballos, Daniela Hernández Ortiz, la equinoterapia es una alternativa complementaria al tratamiento integral que lleva un niño o persona con discapacidad. En este caso se aprovechan los beneficios físicos del caballo para mejorar el cuerpo, porque el calor corporal del caballo es de 38.8 a 40 grados y su quietud hacen que cuando el paciente se sienta en el equino la temperatura del animal permite que los músculos de la persona se relajen y entre más calor hay esto ayuda a la distensión y fortalecimiento muscular.
La equinoterapia es algo único por el tipo de estímulos que genera en la persona, ya que el caballo al andar provoca el equilibrio de las piernas, permite hacer ejercicios hacia adelante y hacia atrás y tiene un efecto mecedora relajante.
"Y hacia arriba y hacia abajo que nos ayuda con la tonicidad del tronco y el cuello, estos tres movimientos tienen un efecto en la pelvis y en la cadera lo que hace que la pelvis y la cadera se mueva de la misma forma que se mueve cuando caminas, entonces este es gran descubrimiento de la equinoterapia, por qué, porque cuando el niño se sientan en un caballo el estímulo y el cerebro lo recibe como si el niño estuviera caminando".
La especialista explicó que esta terapia ha dado buenos resultados en personas con síndrome de down, parálisis cerebral, autistas y con problemas psicomotrices.
"El ritmo de locomoción que tiene el caballo, aunque no lo crean es igual al nuestro tiene el mismo ritmo, el mismo andar, entonces esto combinado con los movimientos tridimensionales son los que hacen ese efecto de que el niño camine, un caballo montarlo obviamente con las posturas correctas se está dando aproximadamente 110 estímulos por segundo, entonces, como 100 veces más que cualquier terapia de piso".
Finalmente expuso la equinoterapia va en aumento y sus resultados se observan en menos tiempo que una terapia de piso, ya que una sesión a caballo equivale a cinco de piso.
