Con el paso de los años la pesca ha dejado de ser rentable para Raúl Cortés Gómez, quien ejerce esta labor desde hace medio siglo, sin embargo, se trata de una actividad que le gusta y que, al menos le permite llevar el sustento a la familia.
"Por necesidad y pues yo desde chico anduve aquí sacando pescaditos para llevar para comer, yo vivo aquí arriba del cerro y conozco esto desde toda mi vida, tengo 66 años y sigo pensando, desde los 13 años o antes chiquillo sacando coralitos para llevarle a la familia para comer".
El Huachinango es lo que comúnmente sacan del mar, pues hay especies como el Pez Vela el Dorado, Atún, Marlín y otros que les tienen prohibido pescar.
"Tenemos equipo pero luego nos andan persiguiendo adentro del mar como delincuentes para quitarnos los equipos porque está prohibido/saqué un marlin como de 200 kilos y grande es lo único y pez vela uno que otro saca uno, dorados cuando entra la temporada del dorado, pesca uno con equipos que supuestamente están prohibidos pero uno se arriesga porque, por que la necesidad puede más".
Antes acudía a pescar todos los días, ahora, aprovecha cuando sus hijos descansan para irse juntos a lo que llama su segundo hogar.
El producto que sacan, lo llevan a las cooperativas, porque no hay otra forma de comercializarlo.
"Las cooperativas de tan lo que quieren porque uno no pone precio ellos ponen el precio y hay que adaptarse a las normas de ellos, porque si hay mucho lo quieres vender por fuera y nadie lo compra y Manzanillo es muy pequeño y no puede ser mandado a Jalisco o México porque está prohibido".
Con nostalgia, compartió que ahora se dedica únicamente a la pesca de cuerda, para ello, acuden a los arrecifes que es de donde más sacan pescado.
"Antes nos manteníamos más porque aquí se varaba el pescado los jureles, ojoton y nomás bajaba sin echar cuerda nomás a agarrar y con eso comiste y ahora no/porque es un montón de embarcaciones y antes eran poquitas y se mantenía con poquito y había mucha pesca".